Pasó un año...
Pasaron dos... Andrea apuraba a Pablo mientras él le daba largas con excusas laborales... o con una frase consoladora como "Andre aún estás muy joven, no quiero que nos casemos ahora y después te arrepientas. No quiero que te hagas daño"
Pasaron tres años... Las amigas empezamos a criticar: "Tres años con un tipo? ya tienes 28 Andre, deberías mandarlo a la porra y buscarte otro que si quiera establecerse" "Andre el reloj biológico no te empezó a andar más rápido después de los 25?" etc., etc...
Y un día Andrea se cansó de los aplazamientos de Pablo y de las críticas de sus amigas. Preparó una cena exquisita, se arregló lo mejor que pudo y alistó sus maletas. Cuando Pablo llegó del trabajo, lo atendió a las mil maravillas, pero él no contaba con el postre
- Pablo, creo que urge que pongamos fecha para el matrimonio.
- Andre me parece muy pronto - fue lo que Pablo alcanzó a responder-.
-¿Pronto? pronto fue cuando nos mudamos juntos con apenas 3 meses de novios. Tengo 3 años lavándote la ropa, almidonándote los malditos cuellos de las malditas camisas, haciéndote comida y atendiendo a tus amigotes mientras ven el béisbol. Tengo 3 años conteniendo mi desorden porque tu eres un obsesivo compulsivo estreñido. ¿En serio te parece pronto AMOR?
- Ay Andre no te pongas así. Vamos a dejarlo para el año que viene - dijo con una sonrisa medio cínica en los labios - .
Andrea sintió que Pablo se había burlado descaradamente de ella. Buscó sus maletas y salió del apartamento, altiva y orgullosa. Pablo simplemete la dejó ir. Mientras se fumaba cada uno de los cigarros de una caja, Andrea se deshizo en lágrimas en su carro y pensó en lo humillante que iba a ser volver a casa de sus padres mientras se estabilizaba.
Pablo jamás llamó. Andrea tampoco lo hizo.
De eso hace unos 5 años ya. Andrea está mejor que nunca... Y todavía Pablo es recordado como "el trimardito".