Ahora somos 2

Si soy cuaima se abre a nuevas opiniones e invita a
una cuaima venezolana que habita en la espesura bonaerense. Veneno criollo con
calidad de exportación. Ahora pluralizadas y doblemente cuaimatizadas, decimos:
SI, SOMOS CUAIMAS... ¿Y QUÉ?


sábado, mayo 03, 2008

Mejor antes de...

Cada vez que una de mis sobrinas termina con un novio, dice "yo no tengo la culpa de que los hombres tengan fecha de vencimiento". Antes no la entendía porque estaba acostumbrada a relaciones relativamente largas, de no menos de 1 año y medio de duración... ahora, que ya tengo un año solterísima, y con varios intentos fallidos de relación, soy capaz de entender lo de la "fecha de vencimiento", pero no aplicada a los hombres sino a mi paciencia.

En un post anterior, escribí que desde el día que me declaré soltera, cada hombre tenía 3 meses como máximo para demostrar que valía la pena invertir tiempo, dinero y esfuerzo en estar con él. Ahora, un año después, apenas si llegan a la 4ta cita... sacando la cuenta, en promedio una cita por semana, el periodo se reduce a 1 mes.

Mi paciencia no es elástica... y con mi último "error" quedó demostrado. Por más que me guste un hombre, éste deja de interesarme fácilmente luego de ciertas señales que demuestran que yo, básicamente, no le intereso para mucho. No importa lo que digan: "te quiero", "me has dado esperanzas", "eres lo que le hacía falta a mi vida"... y otra sarta de sandeces, que debo confesar a veces creo, y que parecen parte del guión burlesco que Dios tiene preparado para el resto de mi vida.

A veces pienso que soy demasiado exigente, que quiero un tipo a mi lado que me haga sentir el centro de su universo... otras, pienso que sólo les busco defectos para evitar que me hagan daño.

Recién ahora acabo de botar al último, con el que pensaba intentarlo en serio, y le dije "no me interesan las explicaciones, puede ahórrartelas, solo quiero que sepas que no pienso volver a ser voluntaria para salir jodida... de nuevo".

La fecha de vencimiento, lo frágil de mi paciencia... si, son mis escudos... pero ¿quién no los tiene?