Ahora somos 2

Si soy cuaima se abre a nuevas opiniones e invita a
una cuaima venezolana que habita en la espesura bonaerense. Veneno criollo con
calidad de exportación. Ahora pluralizadas y doblemente cuaimatizadas, decimos:
SI, SOMOS CUAIMAS... ¿Y QUÉ?


miércoles, enero 16, 2008

¡Hazte la loca! (transcripción de una conversación telefónica)

Mariana me llamó un lunes por la mañana y con tono de desesperación me dice: “chama, el tipo no me ha llamado”

Transcribo el interrogatorio:


- ¿Y cuánto tiempo tenían saliendo? – pregunté mientras me desperezaba.
- Un poquito más de un mes
- ¿Se hicieron novios?
- No
- ¿Se dieron los besos?
- Si, durante la última semana.
- ¿Y qué tal besa? Jajajajajajaja – pregunté con la curiosidad enfermiza que suele caracterizar a estas interrogantes.
- Jajajajaja eres una estúpida
- No, en serio, ¿qué tal besa?
- Bueno, bien – asegura poco convencida.
- ¿Y se acostaron?
- No…
- ¿Por qué?
- Porque nunca se dio la oportunidad
- Jejejejejeje ¡$%&@!, entonces de haber tenido el chance lo hubieras hecho.
- Jejejejeje pues no te lo voy a negar.
- Eres una galla. Mira, pero y qué hicieron la última semana.
- Cenamos, fuimos al cine, salimos con los amigos.
- ¡Echoooooooooooo ya te presentó a los amigos!.
- Si, por eso no entiendo la desaparición
- ¿Desde hace cuánto se perdió?
- Una semana
- Y eso fue después de…
- De conocer a los amigos
- ¿Y te la llevaste muy bien con ellos?
- Si de lo lindo, son muy chéveres. Estuvimos en casa de uno de ellos, hicimos una parrilla, jugamos dominó… todo chévere
- ¿Y están buenos los amigos? – pregunta obligatoria de la amiga completamente soltera a las amigas que están conociendo hombres nuevos.
- Galla… si, hay unos por ahí a los que se le puede jugar un quintico.
- Listo Mariana, ya tengo la explicación – afirmé con tono de sabiduría - te la diste de simpática, te hiciste pana de los amigos, bebiste y jugaste dominó con ellos. El tipo te agarró miedo.
- ¿Tu crees?
- Podría jurarlo… se asustó y se hizo el loco.
- Chama, ¿y entonces qué hago?
- ¿Lo has llamado?
- Si, al principio de la semana lo llamé y no me contestaba. Luego, me caía la contestadora… creo que desvía mis llamadas. – dice la abandonada con tono de preocupación.
- Coño Mariana, ¿no puedes pensar que le robaron el celular? a la gente le pasan cosas, ¡qué se yo!, entra en el Metro, o tiene reuniones de trabajo… no necesariamente tiene que estar desviando las llamadas, ¡paranoica!
- Está bien, tienes razón… quizás le robaron el celular. pero si es así ¿por qué no me ha llamado a mi casa?
- ¡Porque tenía el número guardado en el celular galla! Y no se lo sabe de memoria… ¿a poco tu te aprendes los números de las casas de los hombres con los que sales? Y si lo haces eres una psicópata.
- Jajajajajajajaja, tienes razón… y no gafa, no me los aprendo. Pero coño, termina de decirme, ¿qué hago?
- ¿Le has mandado un mail?
- Pues no.
- Mándale un mail, pero nada intenso. Algo así como “sería bueno saber de ti, o al menos saber que estás bien”.
- ¿Y si no me responde?
- Pues haces lo mismo que el… te haces la loca, debe funcionar, porque si el no aparece…

Notas:
1. No entiendo para qué presentan a los amigos si se van a desaparecer. ¿No piensan que eso les da esperanzas a las mujeres?
2. No entiendo por qué tienen gestos románticos por un tiempo, y luego se desaparecen.
3. No entiendo por qué se desaparecen si había química.
4. No entiendo por qué las mujeres nos enrollamos cuando el tipo con el que estamos saliendo se desaparece, total, no tenemos una relación constituida con el sujeto en cuestión.
5. La gente, y muy especialmente las mujeres, no entendemos que a los hombres les pueden pasar cosas que los hacen desaparecer. Y con cosas no me refiero a otras mujeres, sino situaciones familiares, laborales, etc.
6. Muchas veces, las desapariciones no tienen explicaciones lógicas. Por tanto, creo lo mejor en estos casos es hacerse el loco o la loca…
7. Igual, antes de desaparecer, avisen, para que la gente como Mariana no despierte a otras personas con tono de angustia, como si alguien se hubiera muerto.

martes, enero 15, 2008

¿Quién tiene la culpa?

Estaba hablando con un amigo cuando surgió una tema bastante interesante que dio pie a este post... el origen de la cuaima y del cuaimismo.

Y lo voy a aclarar desde el principio para que no queden dudas. Según mi punto de vista, los culpables de que las mujeres seamos como somos son los hombres, y prosigo a enumerar una serie de sucesos que pueden ocurrir en la vida de una mujer, y que la hacen volverse una verdadera cuaima, arpía o cómo se les ocurra llamarlas.

1.- Los primeros besos: en mi época normalmente sucedían a partir de los 10 años, cuando apenas andábamos por la prepubertad. La niña acude ilusionada al momento (si, por las novelas que ve junto a su mamá o nana) le dan su primer besito, un piquito por lo general. En la segunda ocasión, la niña se arregla y el niño no lo nota; el niño intenta meter su lengua en una boca que de vaina ha chupado un caramelo, e intenta tocar sus incipientes senos que le duelen que jode. Y ella se arrecha, por la falta de respeto y por el dolor inmenso que el niño en cuestión le ha causado. Consecuencia: la niña muda la piel, y habla con todas sus amiguitas de la manzana (y posibles futuras víctimas) y les dice que el niño tiene mal aliento y que echaba mucha saliva… ¡Asco! Ni pensarlo… Y ninguna niña de la cuadra vuelve a besar al niño hasta bien entrada la adolescencia.

2.- El primer ¿novio? relativamente serio: Acá ya la cosa se pone caliente, ya ambos (mal) saben algo de sexo. El chico le dice cosas bellas con la luna, las estrellas y todos los astros del plano celestial... la chica hace que le cree. Se convence para tener relaciones con el chico y asume como cierta la sarta de babosidades, y simplemente por curiosidad, decide experimentar, ¿Y quién mejor que su novio de tres meses para hacerlo?. Se dice a ella misma “cuando cumplamos 4 lo hago, de regalo”, sólo para descubrir que el chico, 15 días antes decidió tirarse a la zorrita del liceo. Consecuencia: la joven le jura a sus amigas que se ella se la iba a dar pero que le vio unas lesiones extrañas en su "cosa" y dijo “que va, en este lío no me meto” y como probablemente la zorrita tiene al menos una de las múltiples ITS, a ella no le importó donársela. Ahora, la zorrita y el chico tienen gonorrea, según los rumores que corren…

3.- El novio de la adultez temprana: se hicieron novios terminando el liceo y empezaron a la universidad al mismo tiempo. Tienen relaciones, el muy responsablemente la acompaña a la incómoda cita médica anual. Cambian las cosas, ya no tienen casi panas en común. Conocen gente nueva, sustituyen viejos amigos, se sustituyen a ellos. Como ya tienen tanto tiempo, se conocen o creen hacerlo, ella insiste en que tienen problemas, el dice que no que son cosas de ella. Ella sabe que la relación va a pique, el no se da cuenta. Ella lo sigue advirtiendo, el le dice que está loca y le pregunta si tiene la menstruación. Consecuencia: Ella se cansó de advertirle y de que el la tomara por loca. Lo deja… ¡Ni que el fuera psicólogo o psiquiatra para saber si ella tiene serios problemas mentales!... El regresa a los meses, después de haber sido jodido por otra, a pedir cacao; ella lo rechaza, tiene demasiado orgullo para ser un "pañuelito de lágrimas" y le dice pues que no, que no hay nada que arreglar, que está loco, y decide buscarse uno menos "analítico".

4.- Las citas: Una mujer sale por N cantidad de días con un tipo. Al tiempo, el tipo se la pide, ella dice que no porque ella quiere en un novio y que si se la da en ese momento, probablemente no lleguen a nada. Ella no es fácil, que la convenza. El tipo, más arrecho que Houdini, Copperfield, Blane y Criss Angel juntos, desaparece… ¿magia o ilusionismo?... ¡es que ni un textico vale!. Las consecuencias no suelen aparecer hasta que eso se repite unas 2 veces o más… Consecuencias: en este caso las hay de dos tipos:
a. Después de las depresiones, la mujer piensa: “Ahora me voy a revolcar con cualquiera, porque si no me buscan por buena, pues que me busquen por zorra (coño, la zorrita del liceo era sabia y seguro siempre fue feliz)”
b. La mujer, resignada, se queda esperando al príncipe, pero oye, ¡cómo tarda!
¡Ah! ¡Acá generalmente es cuando sacamos las conclusiones de que todos son iguales! (o al menos todos los que pasan por nuestras vidas, suertudas las otras a las que no les toca)

5.- El novio que rompe con la etapa de zorra, o con la espera del príncipe: Coño aparece el tipo que la quiere, al que ella quiere ¡por fin!, todo viento en popa, 4 años de relación, viven juntos en un apartamento que ambos pagaron porque se van a casar. El le monta un cachito insignificante porque no habían sentimientos involucrados”, ella se entera, llora y lo perdona. Todo vuelve a ser maravilloso. Hasta que ella se cansa de que el tipo trabaje en exceso y no le dedique tiempo, y el tipo se cansa de las recriminaciones. Deciden terminar. A los meses, ella sigue triste y y lo llama, ¡fueron 4 años!. El tipo contesta, le dice que está bien, que por cierto está saliendo para la iglesia, a casarse con el cachito insignificante” con el que (menos mal) no se había relacionado sentimentalmente. Consecuencia: ella lo maldice a él, a la insignificante y a su prole. Le desea impotencia eterna y que vivan felices el resto de sus vidas. Ella decide que ningún hombre la merece y se vuelve rejodida. Se aumenta los senos y el autoestima, y manda a todos los hombres al carajo. (Muchas veces este punto se queda en la infidelidad, la mujer no perdona, pero igualmente maldice, y si no se pone silicona en algún sitio o se quita unos rollitos, al menos va a la peluquería).

6.- Ya en este punto, las cosas suelen repetirse y se alternan los apartados 4 y 5, no necesariamente con el matrimonio con el cacho, no siempre las cosas suelen ser tan fatales… Y la mujer sólo tiene que conformarse con el “menos malo” hasta que aparezca uno que valga la pena… Hay mujeres que llegan al punto 3 y se casan con el que se las da de psicólogo, o se meten a monjas... No a todas les pasa todo, hay unas que con un sólo hecho se convierten en las cuaimas mayores. Hay mujeres, como en mi caso, que poseen un imán para los problemáticos, inservibles a la larga, y eso las marca. Y con inservibles me refiero a: drogadictos con antecedentes penales, artistas excesivamente sufridos, filósofos desgarradoramente existencialistas, maniaco depresivos que se niegan a usar tratamiento, tipos a los que una cuaima jodió previamente, etc. (Y juro que no los busco, ellos llegan solitos de alguna forma u otra). De igual manera, los puntos enumerados son sólo una parte, y quizás de las cosas más cómicas, que pueden convertir a una mujer en cuaima... conozco historias más profundas y complejas...

Ahora pregunto: Hombres ¿en realidad el cuaimismo es culpa sólo de la mujer? Es cierto que muchos de uds no son culpables de nada con respecto a una mujer en particular, pero han jodido a cualquier otra, queriendo o sin querer… O simplemente se encontraron a una con tan mala suerte que se llevó los chascos que le tocaban a 10… o a 100… El miedo a revivir dolores pasados y el instinto de protección convierten las escamas en jabillo.
Tercera Ley de Newton, aplicable no sólo a la física:
"Por cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, éste realiza una fuerza igual pero de
sentido opuesto ... La acción y la reacción deben
ser de la misma magnitud y sentido opuesto (aunque no necesariamente deben
encontrarse sobre la misma línea)"
(En: Wikipedia)
Ahí se las dejo...