Ahora somos 2

Si soy cuaima se abre a nuevas opiniones e invita a
una cuaima venezolana que habita en la espesura bonaerense. Veneno criollo con
calidad de exportación. Ahora pluralizadas y doblemente cuaimatizadas, decimos:
SI, SOMOS CUAIMAS... ¿Y QUÉ?


martes, enero 15, 2008

¿Quién tiene la culpa?

Estaba hablando con un amigo cuando surgió una tema bastante interesante que dio pie a este post... el origen de la cuaima y del cuaimismo.

Y lo voy a aclarar desde el principio para que no queden dudas. Según mi punto de vista, los culpables de que las mujeres seamos como somos son los hombres, y prosigo a enumerar una serie de sucesos que pueden ocurrir en la vida de una mujer, y que la hacen volverse una verdadera cuaima, arpía o cómo se les ocurra llamarlas.

1.- Los primeros besos: en mi época normalmente sucedían a partir de los 10 años, cuando apenas andábamos por la prepubertad. La niña acude ilusionada al momento (si, por las novelas que ve junto a su mamá o nana) le dan su primer besito, un piquito por lo general. En la segunda ocasión, la niña se arregla y el niño no lo nota; el niño intenta meter su lengua en una boca que de vaina ha chupado un caramelo, e intenta tocar sus incipientes senos que le duelen que jode. Y ella se arrecha, por la falta de respeto y por el dolor inmenso que el niño en cuestión le ha causado. Consecuencia: la niña muda la piel, y habla con todas sus amiguitas de la manzana (y posibles futuras víctimas) y les dice que el niño tiene mal aliento y que echaba mucha saliva… ¡Asco! Ni pensarlo… Y ninguna niña de la cuadra vuelve a besar al niño hasta bien entrada la adolescencia.

2.- El primer ¿novio? relativamente serio: Acá ya la cosa se pone caliente, ya ambos (mal) saben algo de sexo. El chico le dice cosas bellas con la luna, las estrellas y todos los astros del plano celestial... la chica hace que le cree. Se convence para tener relaciones con el chico y asume como cierta la sarta de babosidades, y simplemente por curiosidad, decide experimentar, ¿Y quién mejor que su novio de tres meses para hacerlo?. Se dice a ella misma “cuando cumplamos 4 lo hago, de regalo”, sólo para descubrir que el chico, 15 días antes decidió tirarse a la zorrita del liceo. Consecuencia: la joven le jura a sus amigas que se ella se la iba a dar pero que le vio unas lesiones extrañas en su "cosa" y dijo “que va, en este lío no me meto” y como probablemente la zorrita tiene al menos una de las múltiples ITS, a ella no le importó donársela. Ahora, la zorrita y el chico tienen gonorrea, según los rumores que corren…

3.- El novio de la adultez temprana: se hicieron novios terminando el liceo y empezaron a la universidad al mismo tiempo. Tienen relaciones, el muy responsablemente la acompaña a la incómoda cita médica anual. Cambian las cosas, ya no tienen casi panas en común. Conocen gente nueva, sustituyen viejos amigos, se sustituyen a ellos. Como ya tienen tanto tiempo, se conocen o creen hacerlo, ella insiste en que tienen problemas, el dice que no que son cosas de ella. Ella sabe que la relación va a pique, el no se da cuenta. Ella lo sigue advirtiendo, el le dice que está loca y le pregunta si tiene la menstruación. Consecuencia: Ella se cansó de advertirle y de que el la tomara por loca. Lo deja… ¡Ni que el fuera psicólogo o psiquiatra para saber si ella tiene serios problemas mentales!... El regresa a los meses, después de haber sido jodido por otra, a pedir cacao; ella lo rechaza, tiene demasiado orgullo para ser un "pañuelito de lágrimas" y le dice pues que no, que no hay nada que arreglar, que está loco, y decide buscarse uno menos "analítico".

4.- Las citas: Una mujer sale por N cantidad de días con un tipo. Al tiempo, el tipo se la pide, ella dice que no porque ella quiere en un novio y que si se la da en ese momento, probablemente no lleguen a nada. Ella no es fácil, que la convenza. El tipo, más arrecho que Houdini, Copperfield, Blane y Criss Angel juntos, desaparece… ¿magia o ilusionismo?... ¡es que ni un textico vale!. Las consecuencias no suelen aparecer hasta que eso se repite unas 2 veces o más… Consecuencias: en este caso las hay de dos tipos:
a. Después de las depresiones, la mujer piensa: “Ahora me voy a revolcar con cualquiera, porque si no me buscan por buena, pues que me busquen por zorra (coño, la zorrita del liceo era sabia y seguro siempre fue feliz)”
b. La mujer, resignada, se queda esperando al príncipe, pero oye, ¡cómo tarda!
¡Ah! ¡Acá generalmente es cuando sacamos las conclusiones de que todos son iguales! (o al menos todos los que pasan por nuestras vidas, suertudas las otras a las que no les toca)

5.- El novio que rompe con la etapa de zorra, o con la espera del príncipe: Coño aparece el tipo que la quiere, al que ella quiere ¡por fin!, todo viento en popa, 4 años de relación, viven juntos en un apartamento que ambos pagaron porque se van a casar. El le monta un cachito insignificante porque no habían sentimientos involucrados”, ella se entera, llora y lo perdona. Todo vuelve a ser maravilloso. Hasta que ella se cansa de que el tipo trabaje en exceso y no le dedique tiempo, y el tipo se cansa de las recriminaciones. Deciden terminar. A los meses, ella sigue triste y y lo llama, ¡fueron 4 años!. El tipo contesta, le dice que está bien, que por cierto está saliendo para la iglesia, a casarse con el cachito insignificante” con el que (menos mal) no se había relacionado sentimentalmente. Consecuencia: ella lo maldice a él, a la insignificante y a su prole. Le desea impotencia eterna y que vivan felices el resto de sus vidas. Ella decide que ningún hombre la merece y se vuelve rejodida. Se aumenta los senos y el autoestima, y manda a todos los hombres al carajo. (Muchas veces este punto se queda en la infidelidad, la mujer no perdona, pero igualmente maldice, y si no se pone silicona en algún sitio o se quita unos rollitos, al menos va a la peluquería).

6.- Ya en este punto, las cosas suelen repetirse y se alternan los apartados 4 y 5, no necesariamente con el matrimonio con el cacho, no siempre las cosas suelen ser tan fatales… Y la mujer sólo tiene que conformarse con el “menos malo” hasta que aparezca uno que valga la pena… Hay mujeres que llegan al punto 3 y se casan con el que se las da de psicólogo, o se meten a monjas... No a todas les pasa todo, hay unas que con un sólo hecho se convierten en las cuaimas mayores. Hay mujeres, como en mi caso, que poseen un imán para los problemáticos, inservibles a la larga, y eso las marca. Y con inservibles me refiero a: drogadictos con antecedentes penales, artistas excesivamente sufridos, filósofos desgarradoramente existencialistas, maniaco depresivos que se niegan a usar tratamiento, tipos a los que una cuaima jodió previamente, etc. (Y juro que no los busco, ellos llegan solitos de alguna forma u otra). De igual manera, los puntos enumerados son sólo una parte, y quizás de las cosas más cómicas, que pueden convertir a una mujer en cuaima... conozco historias más profundas y complejas...

Ahora pregunto: Hombres ¿en realidad el cuaimismo es culpa sólo de la mujer? Es cierto que muchos de uds no son culpables de nada con respecto a una mujer en particular, pero han jodido a cualquier otra, queriendo o sin querer… O simplemente se encontraron a una con tan mala suerte que se llevó los chascos que le tocaban a 10… o a 100… El miedo a revivir dolores pasados y el instinto de protección convierten las escamas en jabillo.
Tercera Ley de Newton, aplicable no sólo a la física:
"Por cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, éste realiza una fuerza igual pero de
sentido opuesto ... La acción y la reacción deben
ser de la misma magnitud y sentido opuesto (aunque no necesariamente deben
encontrarse sobre la misma línea)"
(En: Wikipedia)
Ahí se las dejo...

4 comentarios:

Pandacucho dijo...

Los seres humanos no son una serie de fórmulas matemáticas incuestionables. 2+2 es 4 en la matemática y física, en la materia. Pero dentro del mundo humano, en la mente (sin querer extender la cosa hasta el espíritu) 2 + 2 pueden ser 5, 6, 7 o mil. Lée 1984. Lée Rayuela. Lée literatura. Ahí están los verdaderos parámetros generales humanos del amor. Sino, tarde o temprano te darás cuenta de que esa regla de cuaimas de la que hablas aplica sólo a un grupo, o peor, sólo a tí.

Lyta dijo...

Hola!

Estoy totalmente de acuerdo en que los seres humanos no somos una serie de fórmulas matemáticas completamente rígidas… sino, no existiera la psicología.

No me parece que el amor ni las relaciones puedan tener parámetros generales, y si los tuvieran, pues creo se irían más hacia la escuela conductista o quién sabe si hasta a la junguiana, no creo que sea en la literatura, con todo el respeto que les tengo a autores como Orwell y Cortázar. Podría pasar horas recomendándote lecturas de psicodinamia (Jung, Von Franz, Kundera, Spivacow, Carotenuto, etc.) en las que si he encontrado ciertas matrices casi generalizadas aplicables a las relaciones, pero esa no es la idea, sino que aburridas y maniqueístas fueran las cosas.

En fin, en este blog yo no pretendo establecer conclusiones rígidas, ni comportamientos grupales: esto no es un estudio sociológico ni conductual (esas cosas me aburren y para ellas hay profesionales). Es mi opinión, nadie, ni siquiera tú puedes decirme si es buena o mala: es subjetiva, personal, particular, construida sobre experiencias personales o de amigas, hermanas, sobrinas, primas.... Repito, no pretendo definir características de comportamiento, eso no me interesa... así como tampoco me interesa convencer a nadie, pues la verdad es relativa y ese es casi el único axioma que defiendo.

Y si no te gusta, pues no lo leas.
Gracias por tu comment!

ZalaThieL dijo...

mira amore mio de pana que la pegaste en muchas cosas, es cierto uno el hombre tiende a ser mas carnal mas banal no es tan sentimental como la mayoría de las mujeres suelen ser, tiene que existir ese equilibrio tu e imaginas que todos fuéramos calculadores y fríos? o que todos romanticones color de rosa? en cualquiera de los dos lados seria bien ladilla la vaina, el cacho el apartarse de la mujer no se porque coño se da tanto uno en verdad no piensa en los problemas que pueda acarrear a la otra persona después es que uno se sienta y dice mierda la cague y no tienes derecho de replica al menos que la caraja se cale ser una alcahueta, en fin a estas alturas del partido hay que tener ojos abiertos en cualquiera de los sentidos tanto las mujeres como los hombres pasan tantas vainas tanto cacho tanta mierda que uno se queda loco aquí hay que ser vivo quizás para no joder y no dejarse joder. sigue así amol tienes buena actitud.

Anónimo dijo...

Cada quien tiene la culpa de lo que es, solo somos muy arrogantes para admitirlo. Las cuaimas porque quieren ser asi, y los hombres son perros porque quieren ser asi. Existen las influencias pero nosotros las aceptamos. El problema es que somos muy cobardes para aceptar la culpa.