Alentada por un@s cuant@s perr@s malvivientes que me rodean, decidí pues abrir (¿es ese el termino correcto?) mi blog. Diarios de una cuaima, o diarios de LA cuaima como dirían algunos. Pues aquí estoy, sucumbiendo ante las tentaciones tecnológicas, gracias al profundo aburrimiento en el que me encuentro por haber renunciado a mi trabajo, dedicarle poco tiempo a mi familia y mucho menos a la universidad. Se lo que se están preguntando: no, aún no se cuando me gradúo y renuncié al trabajo porque en definitiva, no es lo mío, bueno, no era lo mío.
En fin, no pretendo ser vocera de esas miles de mujeres cuaimas reprimidas y/o/u declaradas, sólo contaré mis historias y las de ustedes. No violaré la privacidad, cambiaré nombres, no se preocupen. Sólo me queda admitir una cosa, ya casi todos lo saben, pero se los confirmo: Si, soy cuaima... ¿y qué?.
En fin, no pretendo ser vocera de esas miles de mujeres cuaimas reprimidas y/o/u declaradas, sólo contaré mis historias y las de ustedes. No violaré la privacidad, cambiaré nombres, no se preocupen. Sólo me queda admitir una cosa, ya casi todos lo saben, pero se los confirmo: Si, soy cuaima... ¿y qué?.
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